Pescadores hacen su agosto en diciembre gracias a la subienda de peces en el río Grande de la Magdal
Diciembre es un mes esperado por los pescadores artesanales que habitan a lo largo del río Grande de la Magdalena. Durante esta temporada, la subienda de peces, un fenómeno natural que ocurre cuando las especies migran aguas arriba para reproducirse, les brinda una oportunidad única para asegurar el sustento de sus hogares. La subienda de este año ha sido especialmente prolífica, con grandes cantidades de peces como bocachicos, bagres y nicuro, que permiten a los pescadores llenar sus redes y canoas, vendiendo la captura en mercados locales y ciudades cercanas. Este fenómeno es considerado por muchos como una bendición, pues les ofrece un respiro económico en un periodo del año donde otras fuentes de ingreso suelen ser escasas. Para los pescadores, la subienda representa más que una simple cosecha de peces; es una tradición que se ha transmitido de generación en generación. La destreza en las técnicas artesanales de pesca, como el uso de chinchorros y atarrayas, permite que, con paciencia y conocimiento del río, logren capturar grandes cantidades de pescado, que luego se distribuye en diferentes puntos de la región. Sin embargo, este fenómeno también conlleva retos. La alta demanda de pescado durante la subienda genera una competencia feroz entre los pescadores, y las condiciones del río, que pueden volverse impredecibles. A pesar de estas dificultades, diciembre sigue siendo el mes clave en el que los pescadores artesanales logran "hacer su agosto". Gracias a la abundancia de peces que trae la subienda, las familias logran abastecerse y cerrar el año con la esperanza de un nuevo ciclo de abundancia.